27 de Julio 2004

Tauromaquia I: Media Verónica

El cuadro es de Luis Pineda.


El otro día me quedé a ver el programa de Jesús Quintero, (ya no sé si se llama El trotamundos, El vagamundos, Los Ratones coloraos o la madre que los parió). Por lo visto era una especie de refrito de diversas entrevistas que había hecho el Quintero a actores, escritores, freaks en potencia, o toreros. Y en los toreros nos quedamos, aunque el tema sea el típico y tópico de siempre. Ahí estaba Francisco Rivera, (Fran para los amigos), contándole al Quintero los secretos del toreo. Jesús Quintero ya hace rato que le ha soltado varias preguntas de las suyas, con sus correspondientes silencios premeditadamente bohemios. Y le preguntó:

- Fran, ¿qué sientes cuando toreas?. Dijo, o algo así.

Y allí empezó el torero a explayarse. Porque Jesús, no sabes que experiencia más excitante el tener a un toro delante tuyo, esa conexión entre el toro y tú, tú y el toro, esa excitación por saber que le arrebatas tiempo a la muerte...
¿¿Pero de qué coño está hablando??. El toro está ahí, en medio del ruedo, teniendo enfrente a un imitador de Paco Clavel, con sus lucecitas y todo. Está a merced del torero y del público, siempre lo estará. El toro muere en la plaza a manos del torero o en su defecto de sus subalternos, y para más inri, el público rompe a aplaudir si la “faena” es buena. Pues sí, menuda faena. Si nos ponemos en el pellejo del toro es para echarse a llorar. Te cuidan desde chiquitito, te miman, te dan de comer sabrosos manjares, te sacan a pasear por el campo para jugar con las florecillas silvestres, ¿qué más quieres Baldomero?. Pero nada, como aquí nadie da duros a cuatro pesetas (expresión en vías de extinción), luego pasa lo que pasa. Un día, te sacan de tu pequeño paraíso para llevarte a una plaza de toros con otros pobres ilusos como tú. Te pican para que te cabrees, y patapum, para el matadero, listo para morir antes cientos de ojos expectantes. Eso sí, morirás con todos los honores habidos y por haber. La maté porque era mía, o mío. El caso es que te quiero mucho, pero te mato. ¿Alguien se ha parado a pensar que el disgusto que se lleva el toro con ese repentino cambio debe ser brutal?. ¡Están locos estos romanos!.

Podrán decir que el toro es el animal que goza de mejores cuidados, que si no existiera la Tauromaquia el toro no tendría razón de ser, que sería un simple semental. Dirán que es un arte, que es una costumbre muy arraigada en nuestro folklore, que es una sensación indescriptible. Ya lo creo, por cada pieza deben cobrar un pastón, y de matar matan un montón al cabo del año. Podrán seguir matando todos porque así lo quiere una gran parte de la población, pero por favor, que no nos vendan la moto. Son mercenarios que se venden al mejor postor. Son mercenarios vestidos a lo Paco clavel.

Aunque la letra no tenga nada que ver con el mundo de los toros, si lo tiene el título y el tono. Vaya pues dedicada esta canción de Andrés Calamaro para esos toritos guapos. Ellos nunca podrán elegir si quieren ser o no parte de este circo. Media Verónica.

Escrito por Burdon a las 27 de Julio 2004 a las 01:42 PM | TrackBack
Comentarios

Alta suciedad, basura de la alta suciedad... Cómo decía Calamaro

Escrito por Luthien a las 27 de Julio 2004 a las 08:49 PM

de acuerdo con vos

Escrito por Anonymous a las 5 de Octubre 2004 a las 12:11 AM
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