1 de Septiembre 2004

Mensaje en una botella

mensaje en una botella.jpg


Hola, esto es un mensaje en una botella, a la vista está, ¿no?. Escribo este mensaje por dos motivos; porque tengo mucho tiempo para estas menudencias y porque me parece que es una buena cura para ahuyentar los malos espíritus.

Bueno, podría incluir un tercer motivo. Porque me atrae mucho la idea de saber que algún día alguien pueda encontrar esta botella con mi mensaje. Saber que un inmenso océano engulló mi botella, llevándola de aquí para allá dependiendo de la dirección del oleaje que marcase el influjo de la luna. El que encuentre esta botella en medio de la nada debe saber que lo que un día escribí aquí ya no soy yo, como diría Jorge Drexler, es simplemente el eco, del eco, del eco de lo que un día dije.

Antes de nada, quisiera presentarme, soy el que escribe esto y el que lanzó en su día esta botella. Una vez presentado puedo contarle un poco de que va esto. En este mensaje podría hablar de el estado del ecosistema, de la política internacional, o de lo caro que está todo. A más de uno he visto comprándose un coche por fascículos, como las bicicletas de Zipi y Zape. Pero como soy como el maestro Liendre, que de todo sabe y de nada entiende, haré un ejercicio de egocentrismo, que de eso trata este mensaje.

A veces, cuando me quedo solo, pienso lo impensable, para luego caer en la cuenta en que si yo lo pude pensar, dejó de ser impensable. Pero también pienso otras cosas más terrenales, como que pasaría si el tiempo se detuviera y quedásemos atrapados todos en un momento en concreto. Si pudiera elegir, un buen momento sería un beso, ¿no?. O tal vez no, tal vez al caer en la cuenta de que aquel momento sería eterno, hacía el infinito y más allá, sería la peor de las pesadillas.

¿Sigue ahí amigo?, no querría aburrirle con mis desvaríos, aunque bueno, es usted tan libre de leer este mensaje como de lo contrario. Si quiere, puedo contarle mi adicción al olor de los fósforos, no lo puedo evitar, me gusta. ¿Eso será el primer síntoma de un pirómano en potencia?. Debo confesar también que cuando un suceso inesperado ocurre, algo que salga fuera de lo habitual, tiemblo. Mis piernas me flaquean, el pulso se me acelera, es un estado detesto sólo con saber que no puedo controlar la situación, sólo me faltaría extender los brazos dejando las palmas de las manos caídas y gritar ¡mira como tiemblo!, acompañado de una mueca extraña. Otra cosa que por el contrario suelo hacer inconscientemente es poner cara de poker. Un semblante como de ausente, rozando los limites de la parsimonia. Estas dos caras tan opuestas hacen confundir a más de uno, lo que no saben es que soy yo el primer confundido.

Ahora que lo pienso, puede que quién encuentre esto sea un chino, un japonés, o cualquier habitante de Asia, que digo yo que ya sería caprichosa la mar para que llegase hasta allí. Y digo yo, si usted es chino, ¿cómo coño se está enterando de todo este rollo que estoy contando?, una de dos, o usted domina el español y toda la jerga que ello conlleva, o realmente esto es un cuento chino. A todo esto, ustedes los chinos tienen fama de suspicaces, ¿no?. Nada, cosas mías..

Releyendo lo que acabo de escribir, acabo de darme cuenta que he escrito coño, que poco tacto tengo. Puede que esto lo esté leyendo un alma cándida, un niño o una niña de trencitas. Si fuera así, perdonar mi vocabulario niños. Las palabrotas son casi lo de menos, más grave es que os mientan. Niños, los reyes son los padres, que lo sepáis. Esto de los reyes es la conspiración más grande que existe en el mundo. Y que decir de las rocambolescas historias que se inventan para explicaros de donde vienen los niños, que si la cigüeña los trae de París, que si papá abejita le pone una semillita a mamá abejita...¿¿pero qué mamá abejita ni que ocho cuartos??. Los padres, todo lo hacen los padres, que lo sepáis niños. Los padres saben la verdad y tienen la obligación de decírosla, y si no, convocáis unas elecciones de urgencia para elegir a unos nuevos padres.

Cambiando de tercio, el verano se nos va. Pronto la noche y el frío ganarán protagonismo frente al día y el calorcito del verano. Una de las cosas más tristes que conozco es levantarme muy temprano para ir a trabajar, cuando todavía es de noche, y luego volver a casa de noche otra vez. Me parece tristísimo. Creo que no podría vivir en un país del norte donde la mitad del año es de día y la otra es una mezcla sucedáneo de noche, una luz mortecina capaz de deprimir a cualquiera. El día y la noche tienen su razón de ser, el amor y el dolor también, lo malo es cuando la balanza pierde su equilibrio.

¿Te has parado a pensar por qué hay gente que lanza al mar mensajes en una botella?. Aparte de si eres un naufrago o algo parecido, es lo que decía en un principio, es como una forma de dejar algo de ti en esa botella, a sabiendas de las pocas probabilidades que tienes de tener noticias de ella. Lanzas algo de ti hacía la inmensa nada, o el inmenso todo, según se mire. Lanzas en definitiva muchas de tus esperanzas y frustraciones.

¿Sigues ahí amigo?, ¿de verdad leíste todo el mensaje?. No, si al final si te conociera te habría cogido cariño y todo, suelo tener esa mala costumbre. ¿Te distes cuenta que he pasado de hablarte de usted a hablarte de tu?. Ya te lo dije, tengo esa mala costumbre.


Hasta siempre.

Escrito por Burdon a las 1 de Septiembre 2004 a las 11:07 PM | TrackBack