Este viernes debido a una sobre exposición al sol quedé medio atontado, casi ido diría yo. Sufrí una insolación de tres pares de...narices, de narices que me paso con los tacos. El resto de la tarde la pasé en reposo, bebiendo mucho agua , al estirarme en el sofá me quedé frito, y lo peor de todo, sufrí una alucinación.
- Dame la manita pepeluí, dame la manita. Decía una voz susurrante.
- ¿Cómo?, quién es? .
- Soy San Pedro hijo mío, el guardián de las llaves del reino de los cielos.
- La madre que lo parió...¿es cierto eso?, y si de verdad que sois San Pedro, ¿qué queréis de mi?.
- ¿Sufres de insolación no?.
- Pues sí. Joder, hay que ver como vuelan las noticias.
- Tú atiende, y una cosa, como te oiga decir un taco más el que va a volar vas a ser tú, coño. Te cuento, he venido a ti para aliviar tu sufrimiento, pero antes tengo que saber algo crucial para llevar a cabo mi buena obra...
- No, no, no se moleste, no tengo dinero para pagarle.
- ¡Pero qué dices!, ¡hombre de poca fe!, me refiero a si vas a misa los domingos, o rezas habitualmente.
- Ah, pues va a ser que no.
- Bueh...es igual, ya que estoy aquí te voy a mandar a una piscina bíblica.
- ¿Una piscina pública?, ¡de puta madre!.
- Dios, que trabajos nos manda el señor..¡bíblica!, ¡no pública!. Mira, ¿ves aquella luz?.
- Sí
- Pues ves hacía allí y pregunta por un tal Noé, es el vigilante de nuestra piscina. Dile que vas de parte mía, te das un chapuzón y arreando.
Me dirigí hacía la luz, había otra que me gustaba más, tenía luces de neón y tal, capaz de ser la puerta del reino de las tinieblas, vete tú a saber. Llego hasta la luz y me encuentro a un señor más bien canijo con el pelo canoso sentado en una silla de camping y echando cuentas de la recaudación..
- Hola muy buenas, ¿se llama usted Noé?.
- Así mismo, Noé.
- Ah, ¿qué no se llama Noé?, pero si San Pedro me dijo que sí. ¿Su nombre es Noé o no?
- No, Noé.
- Me está tomando el pelo, ¿en que quedamos?. ¿Se llama usted Noé o no?.
- ¡Sí Noé!
- ¿Qué no es qué?, ¿qué no es Noé?.
- Nooooo, ¡que sí es Noé!.
- ¿Sabe qué le digo, lo sabe? mordiéndome el labio inferior- que se vaya al carajo usted, la piscina bíblica esa y San Pedro Bendito que está ahí al lao en las puertas del cielo. ¡AL CARAJO!.
Fin de la alucinación.
Eso es que lo ves con buenos ojos bemorth. xDD